La observación de la realidad y dinámica de la vida cotidiana ha demostrado que existen fortalezas humanas que actúan como elementos protectores contra tensiones emocionales. Pudiéramos argumentar que determinadas actitudes positivas y fortalezas humanas, como el optimismo, la persistencia, creatividad o el liderazgo, entre otras, actúan como barreras contra trastornos mentales.